- El gordo o el humorista eterno---
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1---Prólogo
Los primeros 6 capítulos de este libro están
medio perdidos, todo empieza por el capítulo 7, en fin, jodidos....
En ese tiempo no
sabía manejar la computadora, año1999....Los radicales nos tiraron a todos los
perros, así que se ha escrito este libro a los pedos....
A ver que ha
quedado....
Dios....
7- La especialista
Era un barrio de
clase media baja, con adolescentes tirados en las calles en medio de sus
gaseosas y sus sandwiches de fiambres desde los colegios cercanos. Todo
aparentaba paz, gracias –seguramente--, a la prohibición en los boliches
cercanos a venderles alcohol a los menores de edad. Eso quizá evitaba que se
matara más gente en los alrededores. De todas formas se olía a crimen en la
zona, junto a cierto tufillo a porro en ciertas esquinas. Es decir que pese a
las prohibiciones, algunos chicos igual hacían de las suyas...
Me metí por esas calles de Dios en busca de
Gabriela Ra, que era una especialista en la vida del gordo. Las casas bajas, el
calor que sofocaba, el cansancio de una vida con poco sentido, la necesidad de
pasar el tiempo, tan inmóvil y lleno de
cierto aburrimiento y vacío. Me dolía la panza para colmo...Una vez más, cierta
acumulación de gases...
Encontré la casa de Gabriela, y ella me abrió
la puerta. Era una gordita bastante inteligente, de ojos con brillos y sonrisa
siempre dispuesta. Con simpatía demostraba que no era parte de cierta multitud
de gente mal cogida que habitan estos barrios.
--Hola, adelante...
Pasé ante su invitación a un hall modesto de
una casa modesta en medio de un barrio modesto, invitado—así es--, por una
hermosa gorda de belleza modesta. El maldito calor no ayudaba a buscar mejores
adjetivos para calificar estos asuntos. Cansado, sí, y aburrido y podrido y
temeroso, haciendo algo sólo por hacer algo, porque las horas no pasan más sin
hacer nada, sobre todo después de las cuatro de la tarde. Algún día –me
propuse--, deberé meditar más sobre los maleficios de las cuatro de la tarde en
todos los días, para los desocupados algo crónicos de vocación, aunque tengan
algo que hacer. La imposibilidad de no hacer nada en serio, tomándoselo a lo
zen –en el sentido de la respuesta ante los desastres y el caos, no hacer nada,
casi ni respirar, hasta que todo pase--, o como opinaba cierto filósofo, no
salir ni de la habitación para evitarse tantos quilombos ajenos y propios por
todas partes. Seguramente el filósofo usó palabras mejores.
Gabriela me sacó de las meditaciones
invitándome con un vaso de agua fresca.
--Quisiera que me cuentes a grandes rasgos
la vida del gordo, según como la veías vos...
--Ya te habrán dicho supongo, que el gordo
era un buen tipo aunque bastante cabrón...
--Lo de cabrón no me lo contaron tanto...
--Bueno, suele pasar con los
perfeccionistas, a veces...El quería trabajar con gente que le siga el ritmo. Y
no siempre era fácil seguirlo en sus ideas...A veces hasta eran imposibles por
una cuestión de costos...Y el gordo rabiaba, se cabronaba a lo bestia...Hacía
un poco imposible la vida de sus colaboradores...
--Eso no trascendía gran cosa...
--Por supuesto, no conviene que se cuenten
estas cosas...Este lugar está lleno de gente que se pinta en público de
simpática y en la vida privada no lo
son...
--Sí, bastante de esto ya lo sé casi en
carne propia.
Ella sonrió.
--Pero en sus últimas presentaciones lo ví
algo entregado, medio mal.
--¿Cómo es eso?
--El gordo siempre posó de rebelde, era
medio zafado por ahí...Y lo ví en un programa de televisión haciendo
estupideces...Unas pruebas medio sádicas pero al pedo...Ir por lugares con
serpientes, con ratas, con arañas tratando de ver algunos carteles ocultos, todo
medio idiota, como nos tiene acostumbrados nuestra tele...
--A lo mejor se lo hacían a propósito, como
para basurearlo por sus viejas cabronadas...
--Viejas y actuales...El gordo se puso como
loco...Puteó a todo el mundo...Fue un infierno...
Escupí una opinión personal.
--Eso no soporto de cierta gente...O son
rebeldes y zafados a lo bestia o aparecen como entregados y mansos...Tiene que
ver, supongo, con chocar con todo el mundo...¿Por qué no ser más diplomáticos?...Me
parece, no sé...No posar de duros ni de blandos. Que lo cortés no quite lo
valiente...Por lo menos a la gente como uno, no soporto demasiado verlos en
esos extremos...Me parece...
--Puede ser...Agregándose a eso tener
problemas económicos, que eso los haga bajarse de los caballos donde ellos
solos se subieron y vean que todo tiene un precio...En fín...
Se hizo un silencio. Tomé algo más del agua
fresca. Dejé escapar un silencioso gas sin olor. Ventajas de alimentarse
mayormente con verduras. Miré una vez más bien a la cara de Gabriela. Me gustaba.
--Qué más me podés contar que no aparezca en
los recortes de diarios?
Otro silencio. Ella sacó un cigarrillo rubio
de un paquete que no había visto, lo encendió con cierta ansiedad...
--Creo que no se puede ser objetivos con
gente como él...Son tipos queribles que cuando se caen duele...Como rockeros
drogones, los poetas borrachos, lo que sea...Gente que se hace pelota en sus
vicios...Jode verlos asesinarse solos, coquetear con la muerte, como le dicen algunos...Y
coquetean tanto que tarde o temprano la encuentran...Eso es lo peor, que la
encuentren...El gordo la encontró, estúpidamente, pero la encontró...
Pude haber preguntado más cosas sobre la
vida privada del gordo. Lo hice pero con ciertos límites. Igual ella lo dijo
todo como si nada. Uno a veces mide demasiado su pudor y resulta ridículo...
--Hay ciertas cosas de él que me cuesta
tratar...
--Me imagino...Que saliera con putas, que
escribiera pornografía...
Mierda, lo dicho. Ella como si nada.
--Además era un tipo casado, con
hijos...Para colmo su hijo es un pibe talentoso que sigue su camino, con lo
mejor de él...
--Cierto, y además su consumo de drogas...
--Todo eso, sí, la mierda...Que ganas de hacerse pelota al pedo.
Putañar vaya y pase, hasta puede ser medio sano...Pero las drogas, el exceso de
alcohol para colmo...Ahí ya se hizo pelota el gordo...Se creía inmortal pero se
mataba de a poco hasta fumando más de la cuenta. Todo en él parece un lento
suicidio...
--Así es...
Ella estuvo de acuerdo con mis opiniones.
Pregunté luego si le conocía enemigos, si
tenía deudas impagas, Si se pudo haber metido en algún problema con putas o
polleras, algún marido celoso o lo que fuera. Nada. El gordo más allá de sus
revientes parecía un santo. No jodió demasiado a nadie.
--No me queda nada clara su muerte...Y
tampoco creo en las versiones oficiales...Que fue un accidente, una sobredosis
y demás...
--Yo tampoco me lo creo...
Gabriela comentó una sospecha generalizada y
no pude menos que compartirla.
Hacía demasiado calor. Me veía mediocre y
cansado en las preguntas. No había visto demasiado bien las notas sobre el
gordo, estaba deficientemente informado; más allá de alguna noción general.
Todo me iba para el diablo; pero en fin, había que seguir...Quería ir al baño, sobre todo a sacarme unos mocos
de la naríz. Me veía equilibrando en los límites de varias cornisas. Callejones
sin salida, bombas de tiempo, sálvese quien pueda, ley del más fuerte, armas de
doble filo...Existen varias formas de calificar estos estados de ánimo.
Después de despejar mis fosas
nasales—salieron como costras--, decidí despedirme de Gabriela. Ella había
confirmado con sus palabras ciertas cosas que sonaban a habladurías de las arpías
del barrio.
--Gracias por todo y por el agua...
--No hay de qué—respondió ella, con una leve
sonrisa a lo Mona Lisa...
Caminé de nuevo por las calles despejadas
esta vez de adolescentes. Por lo visto no habían matado a nadie más, menos por juveniles
excesos de alcohol. Lamenté pensar que a veces las prohibiciones son necesarias...
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.
.
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Contratapa
de El gordo o el humorista eterno
Esta
novela esta dedicada a los humoristas gordos, esos que tanto ayudaron a
soportar épocas jodidas en el país, con o sin milicos en el gobierno. Es una
novela policial de ficción inspirada en la vida de muchos de ellos. El gordo de
El Gordo y el Flaco, el gordo pelado de Los tres chiflados, Pepe Biondi, Tato
Bores, Enrique Pinti, y el más reciente Alfredo Casero. Además este el libro se
ha inspirado en un humorista gordo yanqui, del que se ha olvidado el nombre.
El
asunto es que en la ficción del libro un gordo humorista famoso---como si fuera
todos ellos sin ser ninguno---, es atropellado por un tipo medio fascista....Un
argentino exiliado en España le encarga el caso al detective poeta Fabio Sa,
sospecha como suele pasar que no todo es lo que parece.
A todo
esto es el año 2001, el país se hunde. El detective esta algo hecho mierda: se
emborracha, va a talleres de autoayuda a un hospital, va a bares
atorrantes....Se pierden los primeros 6 capítulos de este libro, son como notas
que toma del caso, y las relee en algunos días de junio del 2013, bastante años
después....Otra novela de la serie del detective Fabio Sa....
Fernando
Sánchez nació en 1959. Es egresado de la escuela de periodismo TEA (Taller Escuela Agencia). Escribió sus primeros
textos en 1979. Publicó algunas notas, cuentos, poemas y algunos comentarios de
libros en medios barriales. Sus escritores preferidos son los que llama
“atorrantes”, en el buen sentido para hacer libros…. Charles Bukowski, Raymond
Carver, Henry Miller, Jack Kerouac, Norman Mailer. Entre los argentinos el
primer Enrique Medina, Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano. Aprendió de todos
ellos y de los policiales a escribir novelas, como los de David Goodis, Ed
McBain, Elmore Leonard, Raymond Chandler, Jim Thompson… Se inspiró en el Henry
Chinaski de Bukowski y en el Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán para su
detective Fabio Sa en sus más de 20 novelas, la mayoría inéditas….
Solo ha
publicado de la serie “El capocómico que admiraba a Olmedo”, y “Rita Martelli,
la heredera de Tita Merello”, en la editorial deauno.com. En el mismo estilo a
imprimir por demanda además “El caso del escritor o la parodia de Roberto Arlt”
en www.editamoslibros.com.ar ....”El gordo o el humorista eterno” es la cuarta
novela publicada de la serie, y la segunda en editamoslibros.com.ar
….
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Mini biografía….
Fernando
Sánchez nació en 1959. Es egresado de la escuela de periodismo TEA (Taller Escuela Agencia). Escribió sus primeros
textos en 1979. Publicó algunas notas, cuentos, poemas y algunos comentarios de
libros en medios barriales. Sus escritores preferidos son los que llama
“atorrantes”, en el buen sentido para hacer libros…. Charles Bukowski, Raymond Carver, Henry Miller, Jack
Kerouac, Norman Mailer. Entre
los argentinos el primer Enrique Medina, Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano,
Antonio Dal Masetto. Aprendió de todos ellos y de los policiales a escribir
novelas, como los de David Goodis, Ed McBain, Elmore Leonard, Raymond Chandler,
Jim Thompson… Se inspiró en el Henry Chinaski de Bukowski y en el Pepe Carvalho
de Manuel Vázquez Montalbán para su detective Fabio Sa en sus más de 20
novelas, la mayoría inéditas….
Solo ha
publicado de la serie “El capocómico que admiraba a Olmedo”---2005---, y “Rita
Martelli, la heredera de Tita Merello”---2006---, en la editorial deauno.com.
En el mismo estilo a imprimir por demanda además “El caso del escritor o la
parodia de Roberto Arlt” (2013) ---en www.editamoslibros.com.ar....”El gordo o
el humorista eterno”---2013--- es la cuarta novela publicada de la serie, y la
segunda en editamoslibros.com.ar
Además ha
publicado la novela “Historia con ella” –2016---que no es policial, mas bien
autobiográfica, y los poemas “Seudopoemas filosóficos”---2016---, sobre temas
generales de literatura, historia, política, filosofía, etc, ambos libros en
Autores Argentinos
….
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