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martes, 4 de abril de 2017

Primer capitulo de El gordo o el humorista eterno de fer sanchez.....Novela inspirada para una ficcion en humoristas gordos como Tato Bores, Alfredo Casero, Pinti y algunos mas








1---Prólogo




 Los primeros 6 capítulos de este libro están medio perdidos, todo empieza por el capítulo 7, en fin, jodidos....

En ese tiempo no sabía manejar la computadora, año1999....Los radicales nos tiraron a todos los perros, así que se ha escrito este libro a los pedos....

A ver que ha quedado....

Dios....




 




 7- La especialista

Era un barrio de clase media baja, con adolescentes tirados en las calles en medio de sus gaseosas y sus sandwiches de fiambres desde los colegios cercanos. Todo aparentaba paz, gracias –seguramente--, a la prohibición en los boliches cercanos a venderles alcohol a los menores de edad. Eso quizá evitaba que se matara más gente en los alrededores. De todas formas se olía a crimen en la zona, junto a cierto tufillo a porro en ciertas esquinas. Es decir que pese a las prohibiciones, algunos chicos igual hacían de las suyas...

    Me metí por esas calles de Dios en busca de Gabriela Ra, que era una especialista en la vida del gordo. Las casas bajas, el calor que sofocaba, el cansancio de una vida con poco sentido, la necesidad de pasar el  tiempo, tan inmóvil y lleno de cierto aburrimiento y vacío. Me dolía la  panza para colmo...Una vez más, cierta acumulación de gases...

   Encontré la casa de Gabriela, y ella me abrió la puerta. Era una gordita bastante inteligente, de ojos con brillos y sonrisa siempre dispuesta. Con simpatía demostraba que no era parte de cierta multitud de gente mal cogida que habitan estos barrios.

    --Hola, adelante...



 

   Pasé ante su invitación a un hall modesto de una casa modesta en medio de un barrio modesto, invitado—así es--, por una hermosa gorda de belleza modesta. El maldito calor no ayudaba a buscar mejores adjetivos para calificar estos asuntos. Cansado, sí, y aburrido y podrido y temeroso, haciendo algo sólo por hacer algo, porque las horas no pasan más sin hacer nada, sobre todo después de las cuatro de la tarde. Algún día –me propuse--, deberé meditar más sobre los maleficios de las cuatro de la tarde en todos los días, para los desocupados algo crónicos de vocación, aunque tengan algo que hacer. La imposibilidad de no hacer nada en serio, tomándoselo a lo zen –en el sentido de la respuesta ante los desastres y el caos, no hacer nada, casi ni respirar, hasta que todo pase--, o como opinaba cierto filósofo, no salir ni de la habitación para evitarse tantos quilombos ajenos y propios por todas partes. Seguramente el filósofo usó palabras mejores.

   Gabriela me sacó de las meditaciones invitándome con un vaso de agua fresca.

    --Quisiera que me cuentes a grandes rasgos la vida del gordo, según como la veías vos...

    --Ya te habrán dicho supongo, que el gordo era un buen tipo aunque bastante cabrón...
    
 


    --Lo de cabrón no me lo contaron tanto...

   --Bueno, suele pasar con los perfeccionistas, a veces...El quería trabajar con gente que le siga el ritmo. Y no siempre era fácil seguirlo en sus ideas...A veces hasta eran imposibles por una cuestión de costos...Y el gordo rabiaba, se cabronaba a lo bestia...Hacía un poco imposible la vida de sus colaboradores...

   --Eso no trascendía gran cosa...

   --Por supuesto, no conviene que se cuenten estas cosas...Este lugar está lleno de gente que se pinta en público de simpática y en la  vida privada no lo son...

   --Sí, bastante de esto ya lo sé casi en carne propia.

   Ella sonrió.

   --Pero en sus últimas presentaciones lo ví algo entregado, medio mal.

   --¿Cómo es eso?

   --El gordo siempre posó de rebelde, era medio zafado por ahí...Y lo ví en un programa de televisión haciendo estupideces...Unas pruebas medio sádicas pero al pedo...Ir por lugares con serpientes, con ratas, con arañas tratando de ver algunos carteles ocultos, todo medio idiota, como nos tiene acostumbrados nuestra tele...

    --A lo mejor se lo hacían a propósito, como para basurearlo por sus viejas cabronadas...
  
   --Viejas y actuales...El gordo se puso como loco...Puteó a todo el mundo...Fue un infierno...

   Escupí una opinión personal.

   --Eso no soporto de cierta gente...O son rebeldes y zafados a lo bestia o aparecen como entregados y mansos...Tiene que ver, supongo, con chocar con todo el mundo...¿Por qué no ser más diplomáticos?...Me parece, no sé...No posar de duros ni de blandos. Que lo cortés no quite lo valiente...Por lo menos a la gente como uno, no soporto demasiado verlos en esos extremos...Me parece...



   --Puede ser...Agregándose a eso tener problemas económicos, que eso los haga bajarse de los caballos donde ellos solos se subieron y vean que todo tiene un precio...En fín...

    Se hizo un silencio. Tomé algo más del agua fresca. Dejé escapar un silencioso gas sin olor. Ventajas de alimentarse mayormente con verduras. Miré una vez más bien a la cara de Gabriela. Me gustaba.

   --Qué más me podés contar que no aparezca en los recortes de diarios?

   Otro silencio. Ella sacó un cigarrillo rubio de un paquete que no había visto, lo encendió con cierta ansiedad...

   --Creo que no se puede ser objetivos con gente como él...Son tipos queribles que cuando se caen duele...Como rockeros drogones, los poetas borrachos, lo que sea...Gente que se hace pelota en sus vicios...Jode verlos asesinarse solos, coquetear con  la muerte, como le dicen algunos...Y coquetean tanto que tarde o temprano la encuentran...Eso es lo peor, que la encuentren...El gordo la encontró, estúpidamente, pero la encontró...

   Pude haber preguntado más cosas sobre la vida privada del gordo. Lo hice pero con ciertos límites. Igual ella lo dijo todo como si nada. Uno a veces mide demasiado su pudor y resulta ridículo...

   --Hay ciertas cosas de él que me cuesta tratar...
  
   --Me imagino...Que saliera con putas, que escribiera pornografía...

   Mierda, lo dicho. Ella como si nada.

   --Además era un tipo casado, con hijos...Para colmo su hijo es un pibe talentoso que sigue su camino, con lo mejor de él...

   --Cierto, y además su consumo de drogas...

   --Todo eso, sí, la  mierda...Que ganas de hacerse pelota al pedo. Putañar vaya y pase, hasta puede ser medio sano...Pero las drogas, el exceso de alcohol para colmo...Ahí ya se hizo pelota el gordo...Se creía inmortal pero se mataba de a poco hasta fumando más de la cuenta. Todo en él parece un lento suicidio...

   --Así es...


 

   Ella estuvo de acuerdo con mis opiniones.

   Pregunté luego si le conocía enemigos, si tenía deudas impagas, Si se pudo haber metido en algún problema con putas o polleras, algún marido celoso o lo que fuera. Nada. El gordo más allá de sus revientes parecía un santo. No jodió demasiado a nadie.

    --No me queda nada clara su muerte...Y tampoco creo en las versiones oficiales...Que fue un accidente, una sobredosis y demás...

   --Yo tampoco me lo creo...

   Gabriela comentó una sospecha generalizada y no pude menos  que compartirla.

    Hacía demasiado calor. Me veía mediocre y cansado en las preguntas. No había visto demasiado bien las notas sobre el gordo, estaba deficientemente informado; más allá de alguna noción general. Todo me iba para el diablo; pero en fin, había que seguir...Quería  ir al baño, sobre todo a sacarme unos mocos de la naríz. Me veía equilibrando en los límites de varias cornisas. Callejones sin salida, bombas de tiempo, sálvese quien pueda, ley del más fuerte, armas de doble filo...Existen varias formas de calificar estos estados de ánimo.

   Después de despejar mis fosas nasales—salieron como costras--, decidí despedirme de Gabriela. Ella había confirmado con sus palabras ciertas cosas que sonaban a habladurías de las arpías del barrio.

   --Gracias por todo y por el agua...

   --No hay de qué—respondió ella, con una leve sonrisa a lo Mona Lisa...

   Caminé de nuevo por las calles despejadas esta vez de adolescentes. Por lo visto no habían matado a nadie más, menos por juveniles excesos de alcohol. Lamenté pensar que a veces las prohibiciones son necesarias...



 


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Contratapa de El gordo o el humorista eterno




Esta novela esta dedicada a los humoristas gordos, esos que tanto ayudaron a soportar épocas jodidas en el país, con o sin milicos en el gobierno. Es una novela policial de ficción inspirada en la vida de muchos de ellos. El gordo de El Gordo y el Flaco, el gordo pelado de Los tres chiflados, Pepe Biondi, Tato Bores, Enrique Pinti, y el más reciente Alfredo Casero. Además este el libro se ha inspirado en un humorista gordo yanqui, del que se ha olvidado el nombre.
El asunto es que en la ficción del libro un gordo humorista famoso---como si fuera todos ellos sin ser ninguno---, es atropellado por un tipo medio fascista....Un argentino exiliado en España le encarga el caso al detective poeta Fabio Sa, sospecha como suele pasar que no todo es lo que parece. 
A todo esto es el año 2001, el país se hunde. El detective esta algo hecho mierda: se emborracha, va a talleres de autoayuda a un hospital, va a bares atorrantes....Se pierden los primeros 6 capítulos de este libro, son como notas que toma del caso, y las relee en algunos días de junio del 2013, bastante años después....Otra novela de la serie del detective Fabio Sa....





Fernando Sánchez nació en 1959. Es egresado de la escuela de periodismo TEA (Taller  Escuela Agencia). Escribió sus primeros textos en 1979. Publicó algunas notas, cuentos, poemas y algunos comentarios de libros en medios barriales. Sus escritores preferidos son los que llama “atorrantes”, en el buen sentido para hacer libros…. Charles Bukowski, Raymond Carver, Henry Miller, Jack Kerouac, Norman Mailer. Entre los argentinos el primer Enrique Medina, Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano. Aprendió de todos ellos y de los policiales a escribir novelas, como los de David Goodis, Ed McBain, Elmore Leonard, Raymond Chandler, Jim Thompson… Se inspiró en el Henry Chinaski de Bukowski y en el Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán para su detective Fabio Sa en sus más de 20 novelas, la mayoría inéditas….
Solo ha publicado de la serie “El capocómico que admiraba a Olmedo”, y “Rita Martelli, la heredera de Tita Merello”, en la editorial deauno.com. En el mismo estilo a imprimir por demanda además “El caso del escritor o la parodia de Roberto Arlt” en www.editamoslibros.com.ar ....”El gordo o el humorista eterno” es la cuarta novela publicada de la serie, y la segunda en editamoslibros.com.ar
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Mini biografía….



Fernando Sánchez nació en 1959. Es egresado de la escuela de periodismo TEA (Taller  Escuela Agencia). Escribió sus primeros textos en 1979. Publicó algunas notas, cuentos, poemas y algunos comentarios de libros en medios barriales. Sus escritores preferidos son los que llama “atorrantes”, en el buen sentido para hacer libros…. Charles Bukowski, Raymond Carver, Henry Miller, Jack Kerouac, Norman Mailer. Entre los argentinos el primer Enrique Medina, Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano, Antonio Dal Masetto. Aprendió de todos ellos y de los policiales a escribir novelas, como los de David Goodis, Ed McBain, Elmore Leonard, Raymond Chandler, Jim Thompson… Se inspiró en el Henry Chinaski de Bukowski y en el Pepe Carvalho de Manuel Vázquez Montalbán para su detective Fabio Sa en sus más de 20 novelas, la mayoría inéditas….
Solo ha publicado de la serie “El capocómico que admiraba a Olmedo”---2005---, y “Rita Martelli, la heredera de Tita Merello”---2006---, en la editorial deauno.com. En el mismo estilo a imprimir por demanda además “El caso del escritor o la parodia de Roberto Arlt” (2013) ---en www.editamoslibros.com.ar....”El gordo o el humorista eterno”---2013--- es la cuarta novela publicada de la serie, y la segunda en editamoslibros.com.ar
Además ha publicado la novela “Historia con ella” –2016---que no es policial, mas bien autobiográfica, y los poemas “Seudopoemas filosóficos”---2016---, sobre temas generales de literatura, historia, política, filosofía, etc, ambos libros en Autores Argentinos
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